En la cuarta década del pasado siglo, nuestro país inicia una transformación originada por el paso de una economía basada en la agricultura, a la de un desarrollo industrial generado por los avances de la tecnología moderna. Pero lo anterior no hubiera sido factible sin un cambio en las estructuras y programas educativos acordes a las necesidades de un nuevo modelo industrial, y es así como a la sombra del Instituto Politécnico Nacional, bajo su mano rectora, se crean los primeros Institutos Tecnológicos Regionales con la mística de formar profesionales que contribuyeran al desarrollo de la planta productiva en provincia y por ende en todo el contorno del territorio nacional.
Yucatán en su afán integrador y buscando suplir las carencias derivadas de una economía basada en el monocultivo que empezaba a sentir los impactos de la competencia extranjera, no podía sustraerse a este movimiento innovador, y con el carácter emprendedor y visionario de sus hijos, inicia las gestiones en el año de 1953, para que se creara un tecnológico semejante a los que ya estaban funcionando en otras entidades de la Patria.
En esta empresa que se iniciara bajo el mandato del gobierno del Prof. Víctor Mena Palomo, se involucraron organismos relacionados directamente con la tarea educativa tales como la Dirección Federal de Educación y el Departamento de Educación Pública del Estado, cuyos titulares, los C.C. Profesores, Pastor Ramírez Coello y Hernán Morales Medina, respectivamente, fueron decisivos promotores, que en conjunción de esfuerzos con personajes del medio cultural y de la iniciativa privada dieron inicio a la realización del citado proyecto. Esta labor de gestoría fue ampliamente respaldada por el Gobierno Federal, presidido por el C. Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, Lic. Adolfo López Mateos a través del C. Secretario de Educación Pública, Doctor Jaime Torres Bodet.
La acción combinada de las autoridades y organismos mencionados, dio como resultado que, después de los naturales contratiempos que conlleva la creación de una obra de tal magnitud, y siendo Gobernador Constitucional del Estado D. Agustín Franco Aguilar, iniciara las labores el instituto Tecnológico de Mérida en el mes de septiembre de 1961, en modestas instalaciones construidas en terrenos cedidos por el ejido de Chuburná de Hidalgo, frente al pueblo del mismo nombre del Municipio de Mérida. Su sostenimiento operativo se realizó mediante un convenio tripartito signado por el Gobierno Federal, del Estado y la Iniciativa Privada.
En aquel ya lejano septiembre, en sencilla ceremonia, pero de gran relevancia histórica, se iniciaron los cursos con una planta de personal directivo, docente, administrativo y manual conformada por 57 elementos, encabezada por los C.C. Ing. Rafael Rosado Aragón y Ricardo Aguilar Gómez en quienes recayó la responsabilidad de dirigir a la naciente institución educativa como Director y Subdirector respectivamente. Para la atención de sus primeros 410 alumnos distribuidos en cinco ciclos de enseñanza; Secundaria Técnica, Preparación Técnica para Trabajadores, Subprofesional, Vocacional de Ingeniería y Profesional de Ingeniería Industrial, se contaba con una infraestructura compuesta de oficinas administrativas, diez aulas, tres salones de dibujo, una nave para laboratorios de Biología, Física y Química, así como otra para los talleres de fundición, ajuste de banco y máquinas herramientas, soldadura y forja, máquinas de combustión interna, electricidad y preparación y conservación de productos alimenticios. Después de cuatro meses de funcionamiento, y en visita que hiciera al Estado el Sr. Lic. Adolfo López Mateos, en aquel entonces primer Mandatario del País, inauguró oficialmente el Instituto en brillante ceremonia efectuada el 18 de enero de 1962, acompañado del Sr. Dr. Jaime Torres Bodet, Secretario de Educación Pública, Sr. Ing. Víctor Bravo Ahuja, Subsecretario de Enseñanza Técnica y Superior, Sr. Ing. Alejandro Gudlot S., Director General de Enseñanza Tecnológica, Industrial y Comercial y distinguidas personalidades del medio cultural, económico, social y político de nuestro Estado.